Hola, me llamo Belén y hoy cumplo años.

Hoy es mi CUMPLEAÑOS. Y lo pongo en mayúsculas porque así lo merece la ocasión. Y el de ella. Porque ella es un trocito mío. O quizá algo más que un simple trocito. Es una parte de mi corazón. La que más quiero. La que demuestra mis sentimientos. La que quiere. La que ama. La que añora. Mi todo, al fin y al cabo. A esa parte de mí, hoy le han regalado presentes de cariño y amor, de palabras bonitas, tan pesadas que no se las lleva el aire, besos de menta y abrazos de fresa. (Conversaciones telefónicas a kilómetros de aquí también, Leire cariño mío). A esa parte de mí hoy le han regalado lápices de colores para que siga contando su futuro de una manera especial, como siempre. Todo el mundo que me conoce sabe que valoro mucho más cualquier sentimiento procesado hacia mí que cualquier regalo material, por bonito, útil o fantástico que sea. Que me conformo con poco, con dibujos en servilletas, con palabras en cartulinas, con besos por la mañana, con bienvenidas rimbombantes...Acumulo miles de sentimientos cruzados hoy, como siempre. Esa sensación tan humana y tan mía del nervio cumpleañero, del presentimiento casual. Tengo miles de historias, anécdotas, alegrías, tristezas, soledades...que contar de estos 15 años que se han ido. Y espero seguir acumulando. Espero seguir escribiendo la historia de ella, que es la mía al fin y al cabo. Y deseo que haya gente que la siga viviendo a mi lado. Porque nada se olvida para siempre si son varios quienes saben la historia. La historia de mi vida. La historia de ella. Vuestra historia. Afronto mis dieciséis con expectación. Pero de las bonitas, de las que nada ni nadie puede estropear.