vendredi 3 septembre 2010

Era ayer y ella estaba sentada allí.





Ella nunca lo olvidó. A él. A ello (él y ella). Lo que formaban juntos. La unión invisible. El cariño palpable. La estupidez amorosa. Los te quieros nocturnos. Nunca lo olvidó. En presente. Pasado. Futuro. Nunca lo olvidará. Ella lo sabe. Yo lo sé. Tú lo sabes. Incluso él lo sabe. Y se aprovecha de ello. De saber que ella todavía lo ama. Porque es la verdad. Hay cosas que nunca se podrán ocultar. El amor se nota como un resfriado. No puedes contenerte, no puedes dejar de toser en el momento preciso. Y las leyes del universo revelan que estornudarás justo en el momento que tu madre pase por delante para que pueda regañarte alegando que no llevaste el suficiente abrigo la noche anterior. Típico. Verdadero. Fácil. Lo es. Ella no podía evitar que se notara que lo seguía amando cuando él pasaba por delante. Cuando él preguntaba "¿Qué tal estás?". "¿Como te crees que estoy?", repetía ella mentalmente, "no soy yo quién no sabe amar". Porque así era. Él no sabía. Nadie lo había enseñado. Tampoco era algo que viniera en los libros. Simplemente se sentía. Y no te avergonzabas cuando esto pasaba. Pero claro, eso era demasiado difícil. Demasiadas complicaciones juntas. Demasiadas cosas que se escapaban de sus manos. De sus dedos. Ayer. Parecía ayer. Cuando comenzó a llover. Y ella seguía allí. Esperando. A que volviera. A que todo tuviera un final como en los cuentos de pricesas, como en las películas. A que él volviera. La besara y todas esas cosas. Pero eso no pasó. Él no volvió. Se escondió. Nunca explicó las verdaderas razones del no-amor. Del "no te amo". De todo. De su corazón. Nunca explicó qué tenía él para haberla enamorado a ella de aquella manera. Tan dolosamente profunda. Nunca obtuvo sus respuestas. Él se fue sin contestar. Él se fue y nunca volvió. Y la dejó sola. Respirando pena, dolor y engaño. Con una herida en el corazón. Una herida que no se cura. No sirve el olvido. No sirve de nada. Nada se olvida. Los nuevos recuerdos ocupan un sitio encima de los viejos. Pero no se borran. Permanecen allí. Para siempre. Para que recuerdes que el amor duele. Ella lo recuerda. Ella nunca lo olvidó.






Pues eso. Una pena que viváis tan lejos. Jo.

3 commentaires:

  1. Siempre me alegran tus comentarios, y tu blog aun mas! Modifico mis fotos con picnik.com y mayormente utilizo el efecto cinemascope, que agrega grano tambien :)
    Espero que estes pasando un genial verano!
    xx

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  2. No puedo ponerle palabras a lo que he sentido con tu texto...
    ¿Cómo olvidar algo de Jordi? ¿Al final has caído en él, no? Cómo me alegro...!
    Hoy he visto Lope, y he llorado, debes ir a verla... :)
    Estarás celebrando tu fiesta, más vale que la disfrutes!
    Besos!!

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