jeudi 16 septembre 2010

Pesimismo.

La habitación roja había pasado otro plano. Otro lugar ahora. Ni una milésima de pensamiento en ella. Ni en nada que conllevara pensar en otra cosa. Nervios. Lágrimas. Rimmel desaprovechado. Almohadas traidoras. Noches en vela. Sueños. Incongruencias. Mañana. Por fin. Viernes. Pero volverá la semana que viene. Y con ella lo mismo. Ya no hay habitaciones rojas que valgan. Ni huéspedes que la ocupen. Permanentemente. Sólo hasta que ella vuelva a ser persona. Denla seis meses (y medio). Denla kilómetros de estrés. De bolígrafo azul. De hojas de carpeta de anillas. (Pero las que tienen la barrita de colores, si no, no). Denla miedos. Añoranzas. Otro año. Otro mundo. Otro ella. Otro yo. Cuando ella era ella. Y no otro yo. Pesimismo. Toneladas de él.


PD: He tenido un mal día. El bachillerato internacional me agobia y me consume. Yo no sé si podré con ello. (Esto me pasa por creerme tan listilla).

2 commentaires:

  1. Suerte con ello, yo estoy en mi último año y tampoco estoy precisamente relajada.
    Sé que no tendrá nada que ver pero al leer tu texto no e podido evitar pensar en una cancion que se llama Luces de Madrid del grupo Jaula de grillos.
    Escúchala si te ape
    un beso!

    RépondreSupprimer
  2. Llevaba tiempo sin leerte, pero no tengo tiempo, y sin tener tiempo no puedo leer y releer tus textos, que es lo menos que se merecen.
    Pero desaprovechar rimmel y empapar almohadas a veces sirve. Sirve porque eso significa que estás empezando a. Creemos que un final es eso, y no lo es, yo creo que los finales tristes son los comienzos de la alegría.
    Como un jodido bachillerato internacional, todo pasa, y podrás con ello :)
    (Sobra decirte que ánimo, guapa, con que hayas sonreído un poquito al leer esto, suficiente )
    (L)

    RépondreSupprimer

A veces hay cosas que es mejor contarlas.
Sólo por si acaso.