mercredi 13 octobre 2010

De Daniel Arnauld Frisel a Anna Kariouskt Hulden.



A veces. Sólo a veces. Y cuando los días son lluviosos. Cuando la nariz se enrojece de frío. Cuando parece que el Sena se desbordará acabando con todos. Cuando en las pastelerías empiezan a quitar los adornos de Navidad. Cuando ya no existen niños felices cantando villancicos ni pobres demasiado infelices. Esas veces. La recuerdo a ella. Y recuerdo sus mejillas mecidas por el viento de las mañanas de Abril. Y recuerdo su paraguas mojado contra mi parquet. Sus manos frías posadas en mi cuello. Quemándome. Sus botas de lluvia en la puerta verde de mi casa. El olor a galletas de chocolate quemadas. A sus galletas. Recuerdo la cama deshecha. La sábana en el suelo y la almohada cruzada. Con ella encima. Su pelo revuelto casi como un chico. Sus miradas de recelo ante espejos que reflejan impasibles que la posibilidad de ir a cortarse el pelo prontamente. Recuerdo como mostraba sus paletos cuando se enfadaba. Y sus vestidos de flores. Sus calcetines por las rodillas. La lana de sus jerseys de invierno. La soledad de las tardes sin ella. Recuerdo el pasado, Anna. Y me impide ir hacia delante. Y ahora llueve. Demasiado. Y mis recuerdos me atormentan. Constantes. ¿Cómo parar la lluvia?. Para que me deje en paz. ¿Cómo lo hago?. Dímelo. Dímelo tú. Si no lo haces tú, nadie lo hará.

Contesta pronto, antes de que mi corazón se inunde de lluvia.




PD: Te envío la foto de ella, para que tú también te acuerdes de esa mirada que tenía. ¿La recuerdas?. ¿Recuerdas cuando la decías que parecía una cangrejo feliz?. Vamos Anna, ¿cómo narices sonríen los cangrejos?. O mejor, ¿qué tenía ella que podía sonreír de esa manera?. Eclipses provocaba aquella mirada. Y tú lo sabes, Anna. Tú lo sabes.



De Daniel a Anna.
















Os presento a Daniel. Y a Anna. (Aunque ella no sepa nada). Espero que se quede mucho tiempo por aquí, porque creo que todavía tiene mucho que contar. Y si queréis hacerle una pregunta, sólo dejarle un mensaje en el Formspring ------>

(Espera vuestras preguntas impaciente).

2 commentaires:

  1. yo también recuerdo la lana de sus jerseys de invierno. era como todas, pero tenía algo, puede que su olor o sus manías impregnadas en cada punto. quién sabe.


    (mi elefante
    te deja
    caramelos
    de limón.
    si no te gusta
    puedes cambiarlos)

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A veces hay cosas que es mejor contarlas.
Sólo por si acaso.