mardi 26 octobre 2010

Es un verbo.


Ya no te echo de menos.
(Lo siento).
(De verdad).
Te dejo este mensaje en el contestador automático de tu corazón de metal oxidado por el aprecio mutuo. Parece ser que últimamente se encuentra saturado de amor. Qué te cunda. Sólo voy a contarte lo que pasa. Aunque a tí no te interese. Me pasa. Me pasa que se me esconde el aliento entre los recovecos del amor infundado. Jugando al escondite con el amor no correspondido. Luego se encuentran y se enfadan. Así todas las tardes. Los domingos pasa lo mismo, pero en mayor medida estratosférica. Porque ya se sabe que los domingos son días de levantarse tarde, y el dolor y la pena se acumulan hasta el momento justo. Y luego todo se expande como una humareda polvo y brillantina amarilla. Y hace Cataplaf! y me hundía. Porque ya no me hundo. Tampoco es domingo. Asi que no te lo puedo decir con seguridad certera. Ya me basto y me sobro con mantas de la lana y algodón de colorines. No hace falta que nadie me abrace. Y si alguna vez me hace falta tiraré de mi perrito de peluche II. Sí, sí, el que duerme conmigo todas las noches desde que desterré a perrito de peluche I. Tampoco me hará falta contarle nada a nadie. Para eso me lo cuento a mí misma. Y me río de mis chistes absurdos. No hace falta que me entretengas. Tengo doscientasmiltrescientasdiecisiete cosas pendientes que hacer. Hay una de ellas que ocupa una distancia prudencial en mi lista. Está subrayada con amarillo fosforito y luego tiene una capa mate de magenta. Está redondeada con rotulador rojo. Tiene flechas apuntando. Miles. Billones. Está en mayúscula. Con mi letra de gigante noruego. Es un verbo. ¿Lo adivinas?. Vivir.

3 commentaires:

  1. Me alegra que vuelvas a ser libre!! Pronto encontraras a quien te haga mas amena las doscientasmiltrescientasdiecisiete cosas pendientes por hacer.
    Un beso!

    RépondreSupprimer
  2. http://www.youtube.com/watch?v=Evq0U7qXa80

    RépondreSupprimer

A veces hay cosas que es mejor contarlas.
Sólo por si acaso.