dimanche 3 octobre 2010

Y los pájaros.


El chico del pelo alborotado trazaba con los dedos las líneas imaginarias de los pájaros. Los pájaros volaban incesantes sobre la piel caliente de ella. Y él los seguía. Les que pedía que lo esperaran. Que él se iba con ellos. A descubrir guerras y continentes sobre la palided purpúrea del cuerpo de ella. Pensaba al deslizar los dedos qué clase de pájaros serían. Quizá fueran gaviotas. A lo mejor, quizá, tal vez, golondrinas. Acabó preguntándose de qué huirían aquellos pájaros. De qué huiría ella. O de que no lo haría. De todo. De nada. Del amor. Del (des)amor. Quizá. Debería preguntárselo. Antes de que fuera demasiado tarde y los pájaros avanzaran kilómetros sobre su piel. Antes de que se tornara fría e insípida. Y el cielo se volviera negro y gris. Y el amor se acabara. Y todo se quedaría en nada. Ni pájaros. Ni sábanas blancas. Sólo domingos crueles. Doce años, trece días después de aquella tarde descrita anteriormente, cuándo el chico del pelo alborotado se levantó. Y se miró en el espejo. Y descubrió que la guerra había ganado. Y trazó con los dedos masajes en sus sienes. Y comprobó asombrado que los pájaros que antes poblaban la espalda de ella ahora se encontraban muertos en sus propios dedos. En sus falanges. En el camino perdido. Porque él los había matado. Con su encierro de paredes rojizas. Con sus mentiras agrias. Con su cielo negro en los últimos días. En la espalda de ella ya no había pájaros. Ni fotografías de ciudades en noches completas (completamente vacías). Ciudades con luces de forma de corazón. Sólo quedaban puntos que cuando se unían formaban el camino que alguna vez habían seguido aquellos pájaros. ¿Eran golondrinas?. Y que él había borrado al pasar sus dedos. Al llenar de desesperanza las nubes de su cielo. Del de ella. Del de siempre. De su vida.


5 commentaires:

  1. ¿Cuántas veces lo he dicho? Y las que me queden por decirlo: eres una conmovedora. El chico del pelo alborotado y los pájaros :)

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  2. Magnífica, como siempre. Me conmueves cada vez que te leo.
    xxx
    martina

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  3. seguro que eran golondrinas. quizás si mira bien aún encuentra alguna en su pelo alborotado. ya sabes, para volver a empezar. por qué no.


    (mi elefante
    dice que si le
    invitas a sirope)

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A veces hay cosas que es mejor contarlas.
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