dimanche 21 novembre 2010

7/8/2010


Ella hablaba y hablaba. De lo que conocía, de lo que había conocido demasiado pronto. O demasiado tarde. Según se mire. De que alguna vez se había preguntado si el amor sería como una estación del año, que cuanto más cerca la tienes más echas de menos otra distinta. Como todo al fin y al cabo. Se lo había preguntado y había fallado. Respuesta incorrecta, alguna vez. Cuando lo tenías tan cerca, el amor digo, no había nada que añoraras más. No había cosa en el mundo que quisieras más. Y lo había sabido. Lo había notado, en sus carnes. En las heridas que ahora conservaba tapadas con tiritas de dibujos. Que la guerra había acabado con un herido. Ella. Y se había precipitado a darse por vencida antes de tiempo. Por si las moscas. O por si las balas llegaban demasiado lejos. Por si todo se acababa demasiado tarde. O demasiado temprano, con su muerte precipitada. Mejor dejar las cosas claras al principio. Se rindió ¿vale?. Sacó la bandera blanca a tiempo. Antes de que la sangre formara un dibujo en ella. Antes de que eligiera caminos más rápidos pero igual de eficaces. Una vía del tren. Plaf. O plof, según velocidad. Unos cuantos trozos de aquí para allá y punto. Que nadie merece eso. Nadie se merece su vida. Ni la mía. Ni la tuya. No lo olvides. Que no sea demasiado tarde. Los trozos de un corazón roto no se pegan con superglú. Pero mucho menos se pegan en un vida muerta. Recuérdalo.

Las cosas han cambiado demasiado poco desde aquel día.

6 commentaires:

  1. Me encantan las palabras que has puesto a la izquierda. Totalmente amor.
    A veces que te dediquen una sonrisa, que te besen en la mandíbula (casi casi al lado de las orejas), o que cierren los ojos muy fuerte junto a ti, puede hacer que un corazón se recomponga. Díselo al mío (ese rojo e inerte de antes).

    (:

    RépondreSupprimer
  2. en una guerra siempre hay heridos, y en las de amor ya ni te cuento!

    :)

    RépondreSupprimer
  3. Uf, me encanta el texto, como siempre, y Alberto, OMG, que genial es...
    Un besito:)

    B.

    RépondreSupprimer
  4. No, los trozos de un corazón roto no se pegan nunca con superglú.
    (:

    RépondreSupprimer
  5. en realidad los corazones no se rompen. es una tontería como una casa pensar que sí, porque no se rompen ni un poquito. aunque les pegues martillazos, como mucho un ay y ya está. ni tiritas necesitan, ni betadine. son mucho más duros de lo que se piensa la gente, pero pocos lo saben y luego haces tonterías creyendo que el corte no sanará nunca. cuando en realidad no hay corte.

    (mi elefante te invita a un
    picnic el día tres, ¿te vienes?)

    RépondreSupprimer
  6. qué bonito! mirar a derecha e izquierda :))) feliz díaaaaa :))

    RépondreSupprimer

A veces hay cosas que es mejor contarlas.
Sólo por si acaso.