lundi 1 novembre 2010

De Daniel Arnauld Frisel a Olvido Duman. (Fragmento I)

(...)Recuerdo nuestras tardes comiendo pipas. Con el pijama de conejitos puesto. Con la manta enrededada entre los pies fríos. Con tus muslos asumando por encima de la mesa. Con la certeza de que los días felices eran posibles. Con las mañanas de domingo. Con los desayunos en la plaza. Con los caminos que siempre llegan al mismo sitio (a tu casa, a tu cama)comiendo los cuscurros de las baguettes. Con tu sonrisa. Con la melancolía de los días lluviosos. ¿Te acuerdas, Olvido?. Te echo de menos. Otra vez. Como siempre. Quizá las cáscaras de las pipas permanezcan allí, en aquella alfombra, acosándome todavía. Recordándome que ya no existen tardes como aquellas. Ni pipas saladas ni al aguasal. ¿Dónde estás ahora, Olvido?. Amor mío. ¿Estarás comiendo pipas con otro hombre?. Sonriéndole de aquella manera tuya. Llena de picardía y contenido erótico. Desde el sillón de enfrente. Con las piernas cruzadas. Con tus muslos a la vista. Con el pijama roto. Con el pelo revuelto. Recordándome, quizás. Recordando aquellas tardes que ahora no son más que tardes vacías.

Daniel.

2 commentaires:

A veces hay cosas que es mejor contarlas.
Sólo por si acaso.