"¿Qué?" pregunto él. Silencio palpable. Paraísos congelados. "Nada"respondió ella. Y se pasaban los días hablándose sin hablar. Huyendo de los recuerdos bonitos por las salidas de emergencia. Tapándose por la noche para no sentir el frío del fin. Y se consumían mutuamente entre latidos dolorosos. Entre sangre demasiado fría corriendo por arterias infinitas. Entre la amargura de los pudo ser y no fue. Entre las hojas de los diarios de aquellos días. Sus días. Y ahora todo se muere. Y ya sólo hay palabras vacías. Tumbas.
A veces las salidas de emergencia están ahí por algo (:
RépondreSupprimerno veas con tu don de escribir!
RépondreSupprimerque corran. rápido, muy muy rápido. quizás aún estén a tiempo de salvarse, aunque les cuesten los ventrículos y parte del pulmón derecho.
RépondreSupprimer(te presto una capa
de las que llevan lejos.
hasta el infinito incluso, si
te lo propones)