Siento mi soledad aglutinarse como moho en los cristales de aquellos días lluviosos. Días de abrigos por los pies. De botas impermeables por las rodillas. De bufandas hasta la cintura. Del amor por los suelos. Como ahora. Como siempre. Otro otoño más. Otro frío más. Colapsando mi habitación rojiza de temperaturas bajo cero y capas y capas de ropa abandonada en sentimientos de papel. Papel que se desace al contacto con las gotas. Y ni tan siquiera puedo decir si son de lluvia o saladas. Si son mías o sin son tuyas. Las que perdiste por el camino. Las que nunca te ví derramar pero estoy segura que estuvieron allí. Aunque sólo fuera por una diezmilésima de segundo al cuadrado. Pero estuvieron allí. Amordazándote. Amordazándote la boca sin poder respirar. Como un nudo en la garganta hecho con una camisa de fuerza. No hay mayor locura que el amor incompredido. El amor no asimiliado. El amor no correspondido. La estupidez ocupa la posición de pole en la pirámide mi vida. Otro invierno más, vivir sin mí. Vivir sin tí. Como siempre. Como nunca.
Porque hay cosas y cosas. Y este tipo de cosas no se pueden poner en tercera persona. No sale, simplemente. No puedes obviarlas y pensar que no han pasado. Y que se las agregarás a la personalidad de ella. O a la de él si ella tiene suerte. No. Difícilmente no. Aunque ganas no me falten.
Me gusta, sobretodo las metáforas de las últimas líneas.Un beso
RépondreSupprimerEres una es(tú)pida conmovedora, me haces sentir sensible, este texto salta las lágrimas (por favor) :)
RépondreSupprimertraigo manoplas y té caliente, para arrasar con el invierno.
RépondreSupprimer(medio par de
calcetines
perdidos)
Creo que tu es(tu)pidez es bonita. Y conmovedora.
RépondreSupprimerxxx
martina
Hay que recordarlas a todas, siempre :)
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