A veces estornudaba demasiado fuerte y las luciérnagas se asustaban e intentaban salir de los botes de mermelada. A veces entre estornudo y esturnudo hipaba tan fuerte que el viento se daba la vuelta del susto, y sus pecas se abrazaban en las mejillas para no irse volando.
Que manera más adorable de estornudar.
RépondreSupprimeryo una vez conocí a una chica que cuando tosía soltaba pecas. no hablaba mucho, pero era realmente graciosa.
RépondreSupprimer(cosquillas
para tu pelito
corto)
mmm...que relatillo mas fantástico!:)
RépondreSupprimermooola!
muah