dimanche 9 janvier 2011

la verdad.

nunca le pregunté qué tal estaba. no fue por timidez ni dejadez, no os penséis. solo que siempre tuve un miedo irrefrenable a que ella no me contestara. que no supiera qué decir. ¿hay acaso pregunta más estúpida que esa?. todos sabemos que la contestación será la misma según las circunstancias. y es en ese momento cuando derivamos en una serie de pensamiento malintencionados, intentando comprender la respuesta. luego nos asombramos como ilusos al conocer la explicación. tiñendo de absurdas nuestras pesquisas. nunca se lo pregunté y creo que ya nunca se lo preguntaré. aunque ahora me haría ilusión. saber qué siente por una vez. aunque sea rematadamente mentira. nunca lo supe. nunca me lo contó. no se lo pregunté.

1 commentaire:

  1. ¿Cómo habrían sido de distintas sus vidas si lo hubiera sabido?


    pd: dice mi elefante que si cierras el blog llorará hasta que que se inunde la cocina. ¡y no sabe nadar!

    (a mí me encanta leerte, y ya sabes que no soy de las que dicen las cosas porque sí. cuando te descubrí fuiste como un vaso de leche bien fresquita a la hora de merendar, y cada vez que te leo (sobre todo a Pete y a la nena de las trenzas kilométricas), es la misma sensación. me pondría muy triste si te fueras, así que ojalá que no lo hagas)

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A veces hay cosas que es mejor contarlas.
Sólo por si acaso.