Todavía son tus domingos de octubre.
Entonces el tiempo se nos pasaba volando. Tus medias se desteñían entre la lluvia de aquellos días. Las gaviotas volaban casi tan alto como nosotros. Tú llorabas a ratos. El miedo se desvanecía a cada paso que dábamos después de correr por las escaleras mecánicas. Boca abajo. La garganta nos escocía. El dolor se hacía impune. No somos nada - decías.
No me gusta que con este puente tengamos que prolongar el domingo hasta el miércoles, la verdad.
RépondreSupprimerchicanieve deja un té helado para esta chica tan bonita.
RépondreSupprimerLo que dices en el texto me produce frío, no crees? Eso si, es precioso!
RépondreSupprimer